Pueden pasar días sin que visite este lugar, mi lugar, pero... a veces, como estos días, prácticamente no salgo de acá... Pero sólo hago una entrada cuando el teclado lo reclama, mi teclado sabe cuando necesito escribir, para liberarme... igual que mi cama, es la única que sabe cuando no puedo dormir, y también la alfombra de mi pieza nota cuando me pongo a dar vueltas, pensando, reflexionando, planeando, suponiendo...
Esas son horas difíciles.
Hoy entré a mi blog con la idea de hacer la mejor entrada que haya escrito, pero no que lo logre, porque no estoy ni enojado, ni triste, ni melancólico... ni siquiera un poquito de bronca. Estoy en esos días en que me pongo como un colador, y todo lo malo sigue de largo, y yo me quedo con lo bueno, el día de hoy, Agustín no tiene quejas, entonces no puede protestar.
Bueno! y si quisiera tener quejas?
Mi trauma de hoy, es no tener ningún problema, y por más rebuscado que sea lo mío, ya lo encontré, yo siempre lo encuentro.
Ayer me buscaste, fue una conversación corta, pero de todas formas no la quería tener, no quiero tener conversaciones con vos, y creo que destaqué mi sutileza demostrándotelo.
Hice gala del caballero que soy, pero un caballero en el sentido masculino, yo no tengo un caballo.
"Tú te encontraste conmigo, y ya te digo, tienes suerte"
Esas frases que me hacen acordar a vos, suerte que ya no te recuerdo, ahora no pienso en vos, y eso me sorprende más que nada, tengo cosas mas lindas en mi vida, cosas que nunca pensé que tendría... ironía, yo, ya te superé.
"No quiero que vuelvas".
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